Las percepciones arraigadas alrededor del software propietario y las alternativas de código abierto a menudo están sesgadas por conceptos erróneos. La idea de que algunas empresas pagan por el desarrollo mientras que otras se benefician sin coste alguno, no logra abarcar la verdadera esencia y valor del código abierto.
Contráriamente, con modelos propietarios como SAP, Navision, SAGE, etc., las empresas pagan sumas sustanciales por licencias. Sin embargo, la pregunta que debemos hacernos es: ¿Dónde radica el verdadero valor?
Ese valor no está en un software que se puede duplicar a coste cero. El verdadero valor está en el tiempo que las personas invierten: su ingenio, su creatividad y su dedicación. Esto es particularmente relevante cuando dirigimos nuestra atención al software de código abierto.
Imagina crear un proyecto de código abierto que aborda un problema empresarial específico. Ahora, supongamos que otras empresas se encuentran con el mismo problema. En lugar de gastar tiempo y recursos para construir sus propias soluciones -en esencia, reinventando la rueda- utilizan tu software. Contribuyen a él, lo mejoran, lo ayudan a evolucionar. Como resultado, surge un sistema robusto que resuelve este problema en particular, un sistema que pertenece a todos, pero a nadie.
Esa es la belleza del código abierto. Personifica un sentido colectivo de propiedad donde la comunidad es la propietaria, y todos forman parte de esa comunidad.
Al adoptar este modelo, eliminamos la necesidad de crear constantemente soluciones similares para problemas idénticos. El esfuerzo colectivo global se centra en mejorar el software existente, lo que resulta en un desarrollo rápido y resultados superiores en comparación con las soluciones propietarias.
Además, en lo que respecta a los aspectos financieros, el software de código abierto presenta una proposición notable. Las empresas que necesitan personalizaciones o nuevas funciones sólo asumen una fracción del coste total del software. En consecuencia, el valor que obtienen supera con creces su inversión monetaria, fomentando un ciclo de crecimiento compartido y beneficios mutuos.
El software de código abierto no se trata solo de codificación, es una filosofía. Una filosofía que cree en el poder de la colaboración, la fortaleza de la comunidad, y el potencial de la inteligencia colectiva en impulsar el progreso tecnológico.
El código abierto no es simplemente un concepto para nosotros, forma la base de nuestro trabajo, inspirándonos a entregar soluciones que fomenten la innovación, promuevan la autosuficiencia y fomenten una cultura de propiedad compartida. Después de todo, en el mundo del software, la libertad definitiva radica en el poder de elección, y estamos aquí para asegurarnos de que siempre tienes esa elección.
Más allá del Software Propietario: El Valor en la Colaboración de Código Abierto
Desglosando los Verdaderos Beneficios del Software de Código Abierto para las Empresas